¿Cómo un buque puede llegar hasta una emergencia como un terremoto o un rescate marítimo o detener a las embarcaciones que realizan pesca ilegal o apoyar una operación internacional contra la piratería?
En síntesis, ¿cómo los medios navales pueden estar disponibles en cualquier momento y lugar que se necesiten? La Armada de Chile cuenta con múltiples tareas -o áreas de misión-, desde responder ante una emergencia nacional y proteger a la ciudadanía hasta contribuir al desarrollo nacional, pasando por resguardar la seguridad e intereses territoriales. ¿Cómo la Armada puede cumplir estas misiones? Un punto fundamental es la disponibilidad de los medios navales. Avante 2021 decidió enfocarse en uno de los medios navales más difíciles de mantener y sostener en el tiempo: los buques.
Este año, los problemas a resolver son dos:
Cada buque es como una pequeña ciudad flotante, con sistemas que propulsan la nave por el mar, generan energía eléctrica, transforman el agua salada en potable y gestionan los residuos de sus centenares de habitantes. Cada uno de estos sistemas es lo que conocemos como un "sistema de ingeniería".
La Armada de Chile cuenta con 150 embarcaciones: 80 buques y 70 embarcaciones menores. Sólo el sistema de propulsión de un buque cuenta con unos 60 equipos; los sistemas de máquinas auxiliares, entre 15 y 100 equipos y los sistemas de electricidad, de 5 a 40 equipos. Y no sólo eso, los equipos provienen de centenares de proveedores diferentes. La Dirección de Ingeniería de Sistemas Navales (DIRISNAV) es la encargada de mantener en buen funcionamiento los cientos de sistemas de todas estas embarcaciones (de su sostenibilidad) para que duren, en promedio, unos 30 años. Y aún falta un dato que complejiza más la situación: el monitoreo de los sistemas de ingeniería de los buques habitualmente debe realizarse a distancia, mientras navegan o llegan a un punto distante.
Por lo mismo, el primer desafío de Avante busca apoyar a la Armada de Chile en el diagnóstico de sistemas de ingeniería de los buques, especialmente de las plantas propulsoras, monitoreando de manera remota su funcionamiento en su conjunto, y no de un equipo y de una marca en particular. Esto, para obtener información útil para la toma de decisiones de mantenimiento y logística de consumo y repuestos, para reducir fallas y lograr que los buques estén el mayor tiempo disponible para el cumplimiento de su deber.
En síntesis, las postulaciones a Avante 2021 deben considerar la categorización, sensorización y/o automatización de estos sistemas de ingeniería y prever soluciones.
Dado que la gran mayoría de las plantas productoras cuentan con sistemas de ingeniería, este desafío posee amplias aplicaciones en el mercado civil.
En torno a un cuarto del personal de la Armada (poco más de 25 mil personas en total) son los mantenedores: técnicos que estudian entre 2-3 años para mantener en óptimas condiciones los sistemas de buques, aviones, lanchas, entre otros. Cada uno de ellos se encuentra en una unidad entre 2 y 5 años, lo que le permite, a lo largo de su carrera, tener experiencia en una gran variedad de los sistemas con los que trabaja la Armada. En algunos casos, los mantenedores logran transformarse en asesores técnicos expertos de un sistema en particular, por lo que apoyan desde la Dirección Técnica a sus colegas y al desarrollo de normativas.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, los mantenedores no se especializan en sistemas en particular y dada la alta rotación del personal, además, no se facilita la documentación detallada de los procedimientos. En la práctica, cuando un mantenedor se enfrenta a un problema, debe recurrir, en una primera instancia, a su propia experiencia y a su red de apoyo. Si esto no funciona, el tiempo de respuesta de sus colegas en la Dirección Técnica puede tomar entre un día y una semana y el del servicio técnico de un fabricante, entre una semana y dos meses.
En este contexto, este problema busca acercar la asesoría técnica a la comunidad de mantenedores que están a lo largo de Chile para disminuir el tiempo de solución de fallas y aumentar la disponibilidad de los sistemas. Esta asesoría puede tener distinto grado de profundidad, desde consultas por procedimientos hasta apoyo en detalle de manera remota.
En síntesis, las postulaciones a Avante 2021 por este problema deben proponer soluciones de encuentro organizadas -a distancia y de manera sincrónica y asincrónica- a través de medios electrónicos, además de soluciones tecnológicas que permitan el apoyo técnico en el mismo lugar de la falla (como realidad virtual y aumentada, entre diversas opciones).