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ACTIVIDADES ILÍCITAS

La Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) posiciona a Chile como un punto importante dentro de América desde el cual se distribuye cocaína a nivel mundial. Esto no pasa porque seamos productores, sino porque llega la droga desde nuestros países vecinos y a través de nosotros la distribuyen. Según el estudio del año 2017, somos el tercer país en importancia de envío a Europa (tras Colombia y Brasil) y el año 2018, saltamos del tercer al segundo puesto de envíos a Oceanía.  
 
Una parte importante de las drogas llegan por vía marítima: si bien son pocas las cargas de drogas, éstas transportan 30 veces mayor cantidad que las incautadas en avión y cuatro veces más que las incautadas por vías terrestres. Por ejemplo, este año se incautaron 16,5 toneladas de cocaína en el puerto de Filadelfia en Estados Unidos desde un buque que zarpó desde Chile. 
 
La labor de Policía Marítima.
Es evidente el desafío que representa para la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (dependiente de la Armada de Chile), quien está facultada por ley a ejercer como Policía Marítima. Ellos podrán efectuar allanamientos, incautaciones y arrestos, en los lugares de su jurisdicción, con o sin instrucciones impartidas por los Fiscales del Ministerio Público. 
 
Desde el año 2010 a la fecha, la Policía Marítima ha incautado 2.239 kilogramos de Clorhidrato de Cocaína, 213 kilogramos de pasta base y 5.960 kilogramos de marihuana. Se estima a nivel mundial, que sólo se incauta el 10% de la cocaína traficada, por lo que posiblemente, desde el año 2010, han ingresado a Chile 22.390 kilogramos de Clorhidrato de Cocaína para ser consumida por los chilenos o traficada a otros países del mundo, equivalentes al menos a 22 millones de dosis de cocaína.
 
Otras actividades ilegales.
No sólo la droga es un problema en el norte de Chile, existen otras actividades ilegales que se llevan a cabo a través del territorio marítimo, como lo son la inmigración ilegal, el lavado de dinero, el tráfico de armas, contrabando y el tráfico de recursos marinos, entre otros. De acuerdo con antecedentes del Policía Marítima se ha evidenciado que, utilizando las características del borde costero en la zona limítrofe norte, inmigrantes ilegales ingresan al país. Según la información entregada, desde el año 2014 se han sorprendido ingresando de forma ilegal 1280 personas. Lo anterior también se complementa con el tráfico de drogas ya que, de acuerdo Informe del año 2018 del Observatorio del Narcotráfico en Chile, “los participantes del apoyo logístico y recepción de la droga en Chile, son principalmente extranjeros que viven en asentamientos ilegales en el borde costero de la zona norte. Éstos, recepcionan la droga transportada y la distribuyen en la zona central”. 
En el caso del dinero incautado debido a operativos de narcotráfico, el promedio anual incautado por la Policía Marítima entre el 2015 y 2019 fue de 1.161 millones de pesos. Durante el presente año se llevan incautado sobre 136 millones de pesos.
 
Formas de ocultamiento de la droga que se trafica a través del mar. 
En el Informe 2018 del Observatorio del Narcotráfico en Chile, se explica que una de las técnicas actuales de tráfico es esconder la droga en buques mercantes, instalando elementos adicionales al casco de la nave o también ocupando los lugares del casco que puedan pasar desapercibidos como, por ejemplo, las aspiraciones de las máquinas, los conductos de las hélices, ductos de toma de agua, entre otros. Luego, cuando llegan estas naves al puerto de destino, la droga escondida es recuperada por buzos, quienes posteriormente se trasladan en naves menores hasta caletas o lugares sin habitantes.
 
En agosto del 2020 se llevó a cabo del Operativo “Parásito” donde la Armada de Chile y Policía de Investigaciones, incautaron 183 kilos de marihuana, 22 kilos de cocaína, 10 kilos de ketamina, un kilo de MDMA (conocida como éxtasis) y 17 mil dosis de LSD, que venían escondidos dentro de la toma de agua del barco de bandera peruana que recaló en el puerto de Mejillones.
 
¿Por qué el norte de Chile?
Las características geográficas del norte de Chile entregan las facilidades de realizar actividades ilegales mediante la frontera marítima. Una de las formas más utilizadas es a través del desembarco en pequeñas caletas o en lugares apartados de asentamientos urbanos, que tienen acceso mediante caminos secundarios que permitan un rápido transporte hacia lugares de acopio o distribución. 
 
La zona más vulnerable que debe fiscalizar la Policía Marítima tiene aproximadamente 950 km de extensión (desde el límite norte con Perú hasta el límite sur de la III Región), donde existen gran cantidad de las llamadas “zonas ciegas”, caletas que no poseen señal de internet ni de celular ni de radio. Además, están muy lejanas a asentamientos de personas, poseen fuertes cambios de temperatura y tienen caminos terrestres creados artesanalmente.
Para realizar una buena fiscalización de las actividades ilícitas es necesario tener vigilancia desde tierra unos 20 kilómetros antes de llegar al mar para detectar cualquier vehículo o personas que se encuentren transitando de forma inusual. Como también se debe vigilar, desde la playa hacia mar adentro aproximadamente 22 kms (12 millas náuticas), para poder detectar las embarcaciones pequeñas o actividades de buzos que completarían la forma de operar de las bandas criminales.
 
El 17 de marzo de 2018, la Policía Marítima, gracias al patrullaje preventivo en la caleta Chipana, 140 kilómetros al sur de Iquique, identificó mediante un drone con cámara termal a personas que transportaban 140 kilos de marihuana creepy hasta el borde costero para abordar una embarcación. Luego de la detención y posterior investigación, se evidenció que la droga incautada tenía como destino final la zona centro del país, utilizando la vía marítima para burlar los controles terrestres.
 
Desafío:
La Policía Marítima requiere detectar las actividades asociadas al desembarco por parte de naves y embarcaciones menores, actividad de buzos, presencia inusual de vehículos, etc. en las zonas del borde costero de difícil acceso del norte de Chile, con el objetivo de dificultar el uso de la alternativa marítima en el desarrollo de actividades ilegales.