¿Te imaginas un mar sin peces? Aunque suene a ciencia ficción, a eso podríamos llegar pronto sin que te des cuenta.
La pesca ha sido desde la antigüedad una fuente esencial de alimentos para los seres humanos, pero debido al aumento de la población mundial, se ha incrementado la presión por conseguir alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la pesca representa al menos un 17% de la ingesta de proteínas de origen animal en todo el mundo. Debido al aumento de la captura de los peces, el año 1995 los miembros de la FAO han adoptado de forma unánime un código de conducta respecto a la Conducción Responsable de las Pesquerías para hacer que esta actividad sea lo más sustentable posible.
La pesca INDNR (ilegal, no declarada y no reglamentada) está acabando con el medio ambiente acuático, donde actualmente se ven claros signos de sobreexplotación de importantes poblaciones de peces, modificaciones de ecosistemas que representan una amenaza para la sostenibilidad de la pesca y su contribución al suministro de alimentos. Desafortunadamente, el porcentaje de poblaciones de peces que se encuentran dentro de los niveles biológicamente sostenibles ha disminuido del 90 por ciento en 1974 al 65,8 por ciento en 2017 . En el caso de Chile, el estado de las principales pesquerías emitido por el Subsecretaría de Pesca y Acuicultura el año 2019, muestra que de las 27 pesquerías analizadas, existen 13 que se encuentran sobreexplotadas y 5 agotadas o colapsadas.
La pesca INDNR no sólo afecta el medio ambiente, sino que también altera la economía de países dependientes de esta actividad, así como también de aquellos que son consumidores. Es más, 1 de cada 5 peces vendidos en el mundo, es atrapado de forma ilegal, causando una pérdida anual de hasta 23.5 billones de dólares a la industria pesquera mundial, esto sin contar las pérdidas en el resto de la cadena logística de la pesca ilegal. La pesca INDNR amenaza: la subsistencia del medioambiente acuático, la disponibilidad de alimentos y la economía de los países dependientes de la pesca.
Desde el año 1996, la FAO ha puesto su foco en lograr la seguridad alimentaria de todos y para todos en el ámbito de los recursos pesqueros. Centrando un foco importante de sus esfuerzos en prevenir, desalentar y eliminar la pesca INDNR en alta mar. Es así como en el año 2001 entra en vigor el Acuerdo de Nueva York, que tiene por objeto asegurar la conservación a largo plazo y el uso sostenible de las poblaciones de peces transzonales y altamente migratorios. Este acuerdo, que fue ratificado por Chile el 30 de septiembre de 2015, y establece que, para regularizar la pesca en los sectores de altamar, se crean Organizaciones Regionales de Ordenación Pesqueras (OROP). Estas organizaciones son acuerdos intergubernamentales de países que tienen intereses pesqueros en una zona determinada. Las OROP tienen la autoridad para establecer medidas de conservación y gestión de pesquerías en alta mar.
Chile pertenece a la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur, a la Comisión Interamericana del Atún Tropical y a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. Cada una de ellas tiene distintos recursos marinos a conservar, estableciendo cuotas de pesca y normando acciones a realizar en caso de encontrar buques realizando pesca INDNR.
Para que las embarcaciones puedan realizar pesca en altamar deben solicitar la autorización de la OROP correspondiente al sector donde realizarán la faena extractiva, lo mismo ocurre con las embarcaciones de apoyo logístico a naves pesqueras. Una vez autorizadas, esta información es publicada en la página de la OROP respectiva, para que los estados fiscalizadores tengan la información necesaria para realizar su labor.
Así como se encuentran las autorizaciones de naves, también existe una nómina de embarcaciones ilegales, donde se encuentran todas aquellas que fueron denunciadas por realizar actos de pesca INDNR. Estas embarcaciones son ingresadas a una lista de naves IUU (Illegal, unreported y unregulated) por sus siglas en inglés, más conocida como “lista negra”, que se comparte a nivel mundial para que se les prohíba su operación e ingreso a puerto, dejando sin posibilidad de realizar actividades económicas relacionadas con la pesca.
Para denunciar a un buque que se encuentra realizando pesca INDNR en alta mar, según lo establecido por cada OROP, es necesario tener pruebas que demuestren su accionar de forma clara. Por lo anterior, se necesitan medios probatorios donde se observe la acción ilícita de la embarcación con su respectiva identificación, aparejos utilizados para la pesca, grabaciones de voz de las interrogaciones realizadas, fotografías o videos georreferenciados, o cualquier prueba que demuestre claramente la acción ilegal que se está cometiendo. No existe un medio de prueba especifico por el cual se ingrese a la “lista negra”, por lo que es el estado fiscalizador, quien hace la denuncia formal a la secretaría de la OROP, y debe asegurarse que las pruebas sean lo suficientemente incriminatorias para que los estados miembros de la OROP acuerden incluir al buque a la “lista negra”. Estas denuncias son resueltas en una sesión anual donde los miembros de la organización deciden, según la evidencia presentada, que naves serán incluidas en la “lista negra”, que naves tienen solamente una advertencia y que denuncias no son acogidas.
En nuestro país, la ley general de pesca y acuicultura, en su artículo 122º, le entrega la fiscalización del cumplimiento de la ley a Carabineros, Sernapesca y la Armada de Chile. En el caso de la pesca de alta mar, es este último el único organismo que tiene los medios físicos para efectuar procedimientos de fiscalización.
Existen dos formas de fiscalizar a las embarcaciones pesqueras en Alta mar. La más utilizada es la planificación de operaciones de fiscalización pesquera en las temporadas de pesca establecidas, donde se puede encontrar embarcaciones de pesca ilegal escondidas entre los buques autorizados por las OROP para pescar en la zona. Es en estas operaciones donde se obtienen medios de prueba para denunciar a los pesqueros ilegales. Cabe mencionar que la planificación de operaciones se realiza con un año de anticipación, por lo que la ruta establecida puede no coincidir con el lugar donde se está realizando efectivamente la pesca. Además, esta planificación es rígida, por lo que no se puede generar una operación sobre la marcha para fiscalizar un posible pesquero INDNR en otro lugar que no sea el planificado.
Otra forma de fiscalización se lleva a cabo cuando es realizada una denuncia por parte de la sociedad civil, organizaciones sin fines de lucro, figuras políticas u otros organismos públicos relacionados en la materia. Estas operaciones no se efectúan con demasiada frecuencia debido hay que obtener recursos fuera de presupuesto para enviar a los buques y/o aviones a fiscalizar el área solicitada.
La Armada de Chile requiere la obtención de medios de prueba de la operación de la flota pesquera extranjera que opera en la Alta Mar para:
- Verificar que lo hace dentro del marco regulatorio de los acuerdos internacionales, durante el periodo de explotación de los recursos.
- Validar, en un plazo no mayor a 48 horas, la denuncia de un acto de pesca ilegal.
Combatir la pesca INDNR es un objetivo mundial para evitar la escasez de recursos pesqueros y destrucción del medio ambiente acuático. El Estado de Chile posee un rol fundamental en el combate a la pesca ilegal. El monitoreo, vigilancia, control y fiscalización de la actividad pesquera es tarea de la Armada de Chile, quien planifica y ejecuta operaciones en la Alta Mar objeto dar cumplimento a las obligaciones asignadas y contribuir de esta forma al resguardo y sustentabilidad de los recursos marinos. El registro de la fiscalización es el arma principal para combatir la pesca INDNR, ES HORA DE TOMAR ACCIÓN.